La caléndula (Calendula officinalis) es una planta perteneciente a la familia Asteraceae de flores amarillas/naranjas que es nativa del mediterráneo, su uso y popularidad datan desde hace más de 400 años de antigüedad por su amplio espectro de aplicaciones y por su nula toxicidad. Uno de sus usos más conocidos es el referente al campo dermatológico, como lo es el tratamiento de infecciones cutáneas, así como la regeneración de tejidos (ya sea por quemaduras, cesáreas, heridas crónicas, heridas agudas) al comprobarse científicamente la presencia de metabolitos secundarios en dicha planta como los terpenoides, flavonoides y carotenoides.
Tradicionalmente, de acuerdo a la medicina Ayurvédica, las hojas y las flores de esta planta tiene propiedades antipiréticas, antiinflamatorias, antiepilépticas y antimicrobianas. Así mismo, en la medicina tradicional española, las hojas son utilizadas como sudorífico y para regular el flujo menstrual. Aparte de lo ya mencionado, es empleado como anticancerígeno en la medicina tradicional italiana.
Históricamente, en el siglo XIIX, fue utilizada para tratar dolores de cabeza e ictericia. Durante la guerra civil, los extractos acuosos de caléndula fueron empleados como vacunas contra sarampión, viruela e ictericia. También tradicionalmente ha sido utilizado como desinfectante y antiespasmódico; también para tratar obstrucciones en el hígado, mordeduras de serpientes, debilidad en el corazón, así como inflamación interna, úlceras gastrointestinales y convulsiones.